Capítulo 10 – Cabo Norte – Skibotn
El 23 de junio nos despertamos a las cinco de la madrugada (con el Sol ya casi en lo más alto) y nos preparamos con toda la ilusión para intentar llegar hasta la mismísima «Bola» con las motos, y con la esperanza puesta en tener un día mejor que el anterior.
Una vez bien abrigados y desayunados partimos hacia el Norte del Norte. A los pocos kilómetros de llegar, no pintaba bien, ya que volvíamos a ver mucha niebla, pero poco antes de llegar, ¡ya se veía el Sol!
Hasta las 8.00 o 9.00 no hay control de entrada, así que «te dejan» llegar hasta el monumento. Para hacerlo, lo más cómodo es entrar por la entrada de guaguas (Autobuses), ya que no hay ni vallas ni obstáculos para continuar.
Llegamos sobre las 5.30 de la mañana, con un Sol espléndido y tan sólo había allí dos ciclistas. Al rato, apareció un motero italiano. ¡Y la misma emoción que el día anterior! Hoy si cabe, incluso más, porque se veía perfectamente el mar, bastante cielo, y el «auténtico» Cabo Norte, aquel al que sólo se llega después de un buen rato de caminata.
Allí nos hicimos muchas fotos y vídeos que enviamos inmediatamente a amigos y familiares. Una vez allí, no dan ganas de irse. Lo que quieres es quedarte y disfrutar el momento. Habíamos logrado el objetivo en tan sólo 7 días, saliendo desde Huelva y recorriendo casi 6000 km. Y ahora, ¡comienza el auténtico viaje!

¡Llegamos otra vez!

De Europa «del Sur» a Europa «del Norte»

Al Norte de Cabo Norte

Nordkapp, para nosotros sólos
Al bajar, disfrutamos de unas vistas increíbles de la isla de Mageroya, con unos lagos quietos como espejos y volvimos a parar a observar a las decenas de renos que seguíamos encontrando. ¡Uno no se acostumbra a admirarlos!

Una paradita para ver renos

Lago en la isla de Mageroya

Los renos, de cerca
Después de pasar de nuevo por la cabaña para recoger algunas cosas que habíamos dejado, emprendimos el viaje rumbo a Alta, donde teníamos pensado hacer algo de turismo. Para ello, debimos cruzar de nuevo al continente, y evidentemente, volvimos a vivir la gran experiencia de cruzar el túnel de Nordkapp.
Nada más comenzar el viaje por el continente, empezamos a disfrutar del los paisajes noruegos. ¡Una maravilla! Verdes valles, altas montañas a lo lejos, cascadas por todos lados, ríos,…¡incluso playas de arena!

Las áreas de descanso (Rasteplass) están muy bien, con baños en buenas condiciones y cómodas mesas donde desayunar, almorzar o cenar.

Playa de arena fina
Antes de las tres llegamos a Alta. No nos llamó mucho la atención, salvo su espectacular iglesia, a la que nos acercamos a tomar algunas fotos. Después de un par de horas rumbo suroeste, paramos a comer gastronomía local en Burfjord (Hamburguesas, papas fritas y Coca Cola) y ya allí buscamos camping para pasar la noche.

Iglesia de Alta

El «típico» almuerzo noruego
Rumbo al camping ya nos encontramos con las primeras obras en carretera. En Verano, aprovechan el buen tiempo para arreglarlas, y encontraríamos decenas de cortes a lo largo del país, con algunas curiosidades que te contaré en otro capítulo.

Paisajes espectaculares

Paisajes MUY espectaculares
Sobre las 20.00 horas llegamos al Skibotn Camping. Un camping espectacular, económico y tranquilo, a la orilla del precioso fiordo de Lyngen.
Un día para recordar. Toca descansar para mañana seguir esta gran aventura.

Con más moteros, en el Skibotn Camping en la orilla del fiordo de Lyngen
Capítulo 9 – Sodankyla – Cabo Norte
Capítulo 11 – Skibotn – Kongsmark
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