Capítulo 11 – Skibotn – Kongsmark

Después de una placentera noche (Por llamarla de alguna manera, ya que el Sol no se ocultó nunca) nos levantamos con energía y con la mirada puesta en recorrer hoy los 350 kilómetros que nos separaban de las imperdibles Islas Lofoten.

Amanece en el Skibotn Camping

Como no tuvimos que desmontar campamento, hoy pudimos estirar un poco más la estancia. Aún así, a las 7.30 de la mañana, con unos 10 grados de temperatura, ya estábamos montados en «las burras» rumbo a nuestro primer destino: La ciudad de Tromso. Llegando a ella volvió nuestra inseparable «amiga» la lluvia. Como además cruzamos por varias obras, al llegar, las motos parecían unas dignas participantes del rally Dakar.

Aunque no para de llover, las vistas compensan

Tromso está en un isla, que se «conecta» al continente por dos puentes y un túnel subacuático

Tromso es una las ciudades más grandes del Norte de Noruega, y sus calles mezclan casas de muchos siglos con construcciones muy modernas, como su puente o su símbolo más destacable: la Catedral del Ártico. Después de pasear por sus calles y tomarnos un chocolate calentito, seguimos nuestro viaje hacia el Sur.

La Catedral del Ártico

Las acciones del Chocolate subieron durante nuestra visita a Noruega

De paseo por Tromso

Detalles de Tromso

¿Se puede estar más sucia?

La lluvia no cesaba, y cada vez hacía más viento, así que hoy decidimos almorzar bajo techo. Paramos en el primer restaurante que vimos, cuya especialidad era… ¿no lo sabes? ¡Hamburguesas!

Hoy tocó comida local

La verdad es que estaban buenísimasy contundentes

Al salir del restaurante el tiempo había empeorado. No tanto la lluvia como el viento. Uno de los pasos más complicado del viaje fue cruzar el puente Tjeldsund. El viento lateral hacía difícil mantener la línea recta. Además, estaba en obras y tuvimos que parar antes de entrar en él, y al cruzar, lo tuvimos que hacer muy despacio.

Y al cruzar este puente… ¡ya estábamos en las Lofoten! Paramos en una gasolinera a repostar y calentarnos con chocolate, y allí nos dimos cuenta de que ya era peligroso continuar el viaje. Además, las previsiones para el día siguiente en las Islas Lofoten eran de vientos huracanados y más lluvia. Sólo encontramos un hotel caro y no muy bueno cerca, así que comenzamos a llamar a campings de la zona, pero todos tenían llenas las cabañas, pero hubo uno que nos dio una esperanza: El Kongsmark Hytteferie. El propietario nos aseguró que allí no había viento y apenas llovía, por lo que, aunque no tenía cabañas libres, podíamos montar las casetas.

El puente Tjeldsund une el continente y las Islas Lofoten

Tras casi dos horas de viaje, con viento y lluvia, llegamos al lago Storvatnet. Aquello parecía otro mundo. Estaba al rebufo del viento y casi en total calma. Mirando a las altas cumbres alrededor, se veían las nubes pasando a gran velocidad, pero al lago no parecía afectarle.

Unos metros más adelante nos esperaba el camping. De nuevo, un lugar precioso, que parecía sacado de los Alpes Suizos, rodeado de pinos, ríos y montañas con nieve. Tras darnos una calurosa bienvenida comenzamos a montar las casetas,… y comenzó a llover de nuevo. Pudimos cenar en la preciosa recepción y luego, tocaba irse a la cama después de más de 12 horas de ruta y con apenas 9 grados de temperatura.

En el Kongsmark Hytteferie. Tras las motos, nuestras casetas ya montadas.

Capítulo 10 – Cabo Norte – Skibotn
Capítulo 12 – Kongsmark

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