Capítulo 17 – Luster – Gjerdmundshamn
La mañana de 30 de junio nos la tomamos con paciencia. había que disfrutar del entorno que teníamos, y salimos sobre las 9.30. La ruta de hoy, una vez más, incluyó muchos lagos como espejos que nos dejaban con la boca abierta. Nuestra primera parada, la iglesia vikinga de Borgund. Aunque tuvimos que desviarnos unos kilómetros de la ruta, es una visita que merece mucho la pena. ¡Qué guapada!

Disfrutando la mañana

Lagos como espejos

Más lagos como espejos

Iglesia de Borgund

Paseando por el interior

Interior de la iglesia de Bordgund
Después de la visita, nos dirigimos a Bergen, por la famosa carretera E16, que nos llevaría a cruzar el Túnel de Lærdal, que con 24,5 kilómetros de longitud, es el túnel de carretera más largo del mundo. ¡Estuvimos media hora para cruzarlo a 80 km/h!
Por sorpresa, nos encontramos con las cascadas de Tvinde, la primera de las cascadas imprescindibles que hay que ver en Noruega, y en la que más turistas vimos, aunque tampoco era una gran masificación.

Como curiosidad, cada kilómetro estaba señalizado con cuánto faltaba para salir, y cuánto llevabas recorrido. cada ciertos kilómetros había una zona iluminada como ésta. Y otra más: En los túneles de Noruega, ¡hay cobertura móvil!

Tvindefossen

Tvindefossen
Sobre las cinco de la tarde llegamos a Bergen. De repente, parecía que volvíamos a la civilización. El bullicio del tráfico, taxis, semáforos,… pero un entorno precioso, donde las antiguos edificios de madera nos daban la bienvenida. Por vídeos de Youtube, ya habíamos visto un lugar donde aparcaban las motos, y aunque no era legal del todo, es algo que es habitual ver allí. De hecho, cuando llegamos solo había una moto más allí, pero al irnos había más de diez.
Mientras dejábamos todo en las motos, una familia de origen peruano pero que llevaba más de doce años residiendo en Noruega, se acercó a nosotros para interesarse por nuestra aventura, y la charla duró casi una hora ¡Hasta nos invitaron a dormir y cenar a su casa! Nos dieron buenas indicaciones de cosas que no nos podíamos perder y tras la charla, dedicamos la tarde a comer en el mercado del pescado (hamburguesas de alce y perritos de reno) y pasear por el muelle medieval.

Entrando en Bergen

Raya amarilla. Motos aparcadas.

El mejor recibimiento

Visitando la tienda navideña de Bergen ¡Ojo con dónde pisas!

Conociendo Bergen

Más comida local
Ya con el tiempo muy encima, seguimos rumbo al sur. habíamos localizado un buen camping al otro lado del fiordo, por lo que teníamos que coger otro ferry. Pero repito, lo difícil en Noruega es no parar, y se nos cruzó la espectacular cascada de Steinsdals. Esta cascada es muy turística, y tiene la peculiaridad de que hay un sendero que pasa bajo ella, algo que por supuesto, hicimos. Lo malo es que ya estábamos rozando las nueve de la noche y aún debíamos llegar a coger el ferry.

Steinsdalsfossen

Paseando bajo la cascada de Steinsdals
Tras un buen ratito que pasamos allí, partimos hacia el puerto de Tørvikbygd, cuyo barco nos debería llevar hasta Jondal. La mala suerte hizo que viéramos salir el ferry delante nuestra, y el siguiente no salía hasta una hora después. Investigando, vimos que había otro puerto 45 minutos hacia el sur, y que también tenía barcos que cruzaban el fiordo, así que, para no perder el tiempo, decidimos ir hacia él. Cuando llegamos había un ferry atracado. Le preguntamos a un marinero que a qué hora salía (En Google ponía que a las 23.00 horas) y el marinero nos dijo que ya no salía, que debíamos volver al puerto de Tørvikbygd antes de las 23.00 horas si queríamos cruzar. Mientras pensábamos qué hacer, un coche llegó y se aparcó detrás de nosotros. Y al rato, otro,… Le preguntamos que si iban a coger el barco y nos dijeron que sí, que iban a coger el de las 23.00 horas. Así que decidimos esperar… Mirando y remirando mientras pasaba le tiempo, nos dimos cuenta de una cosa: El ferry iba a salir, pero no para cruzar el Fiordo, sino para ir a Varaldsøy, una isla que había entre los fiordos. Ya no nos daba tiempo de volver hacia el Norte, y no vimos campings cercanos que nos dieran garantías de estar abiertos, así que decidimos hacer acampada libre a la entrada del puerto y salir en el primer ferry de la mañana.

Puerto de Gjerdmundshamn a las 22.30. Aún no sabíamos que íbamos a dormir ahí.
Un día en el que vimos muchísimas cosas, con final algo estresante (menos para Abraham, que guardó en todo momento la calma) Esa noche volvería a llover. Mañana, nueva ruta.
Capítulo 16 – Trollstigen – Luster
Capítulo 18 – Gjerdmundshamn – Preikestolen



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