Capítulo 3 – Zaragoza – Carcasona

El 9 de junio nos levantamos temprano y con mucha ilusión para comenzar una etapa de, en principio, unos 470 Km. hasta Saint Jean du Falga, en Francia, atravesando los Pirineos por Andorra.

Después de un rato por autopista para salir de Zaragoza, por fin salimos a las secundarias. Carreteras perfectas de curvas rápidas… pero llenas de radares. Además, las vistas eran preciosas. Como anécdota, comentar que en una parada, me dejé el móvil en el depósito y, tras 20 Km., apareció apoyado bajo el manillar de la moto. No iba a ser la única vez que la suerte estaba de nuestra parte durante el viaje.

Zonas privadas en Lérida

¿Me llevas? Si puede ser en moto, mejor

Foradada, Lérida

Tras algunas paradas para disfrutar del paisaje, llegamos a Andorra, donde la gasolina es más barata, algo que la gente sabe, ya que nunca había visto tantas gasolineras seguidas. Aprovechamos para llenar las maletas de víveres que compramos en un hipermercado y proseguimos el camino.

Puente de la Margineda, Andorra

Puente de la Margineda, Andorra

Tras unas cuantas curvas bajo la nieve de los Pirineos, atravesamos un túnel de peaje (sin querer, cosas del GPS) y, casi sin darnos cuenta… ¡llegamos a Francia! Solo una línea pintada en el suelo te hacía darte cuenta. Bueno, eso y el control de aduanas que atascaba el tráfico de salida.

Últimos metros antes de salir de Andorra

En el mismo viaje, volvimos a tener suerte, esta vez, gracias a la honradez de algún/a conductor/a. A Jose se le cayó la mochila que tenía atada en su maleta lateral. Volvió atrás a buscarla, pero sin éxito. Tras parar un buen rato, proseguimos camino, y encontramos la mochila mucho más adelante colgando de una valla. ¡Muchas gracias si nos estás leyendo!

En Sinsat, atando bien el equipaje después de haberlo encontrado.

Después de unas cuantas horas y bastante cansados llegamos a Saint Jean du Falga… y no había nada que ver allí. La idea inicial era hacer noche y salir por la mañana a Carcasona, pero aquello era más bien un pueblo dormitorio, así que, ya que estábamos, y aún era de día, hicimos una hora más de recorrido para llegar al siguiente punto. Allí, buscamos hotel en las afueras y tras cenar, nos dispusimos a descansar hasta el día siguiente.

¡Llegamos a Francia!

En Saint Jean du Falga, decidiendo si seguir o parar

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